martes, 30 de noviembre de 2021

Nuestros días más felices

 Una película de Sol Berruezo Pichon-Rivière

Una producción de Laura Mara Tablón


Drama - Fantasía | 100 min | Español | Argentina

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SINOPSIS

Agatha (74) y Leónidas (36) mantienen una relación madre-hijo un tanto absorbente: Agatha nunca volvió a enamorarse y Leónidas no se anima a construir una vida fuera de las puertas de la casa familiar. 

De un día para otro, Agatha despierta en un cuerpo de niña: es ella, pero con siete años de edad. 

La única solución posible tras haber cortado todo vínculo con el exterior, será llamar a Elisa (la hija mayor de Agatha) quien, a pesar de haberse independizado hace tiempo, volverá al lecho materno a reparar heridas que quedaron abiertas.

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Carta de la directora


La vejez como un retorno a la niñez, como un retorno a la dependencia, tanto física como emocional. 

El miedo de toda la vida a morir solos.

 Jugar con ese miedo, agarrarlo, desarmarlo y presentarlo en una situación surreal, ayudando así, a ver este tema que tanto nos angustia de otra manera.  

Explorar los vínculos familiares; los límites: ¿hasta qué punto yo existo fuera de mis padres, fuera de mi contexto familiar? ¿Qué pasa después de que mis padres mueren? O para los padres, ¿qué pasa después de que mis hijos crecen y ya no tengo el rol del que cuida y provee?  ¿cuándo puedo volver a retomar mi vida? y de hacerlo ¿no es ya demasiado tarde?  

Esta película deriva de un poema que escribí hace un tiempo y que dice: 

 Creo que toda posible relación que podamos establecer en la vida, 

inevitablemente, 

y sin querer, 

apela directamente al vínculo que tuvimos con nuestros padres. 

Todo vínculo despierta heridas, necesidades, ausencias ya vividas en la niñez. 

Por eso duele, porque ya dolió, 

porque ahora es como rascar la cascarita, para que vuelva a sangrar. 


Tres personajes que no han podido seguir con su vida, que no han encontrado ni se atreven a afrontar la felicidad: ese sentimiento escurridizo que todos dedicamos nuestra vida a atrapar.


Nuestros días más felices es mi segunda película, y en ella intento narrar la vejez, la inminencia de la muerte, los roles familiares y cómo se modifican cuando los padres envejecen, de una manera realista, pero con un ingrediente adicional: el de la fantasía. 

Este ingrediente secreto funciona como metáfora capaz de llevarnos en un viaje que nos permita abordar las problemáticas de la vida real de una manera diferente, dada vuelta, rozando la comedia y el drama, como la vida misma. 

 

En cuanto al rodaje, también fue un poco de fantasía. Filmar en pandemia no fue fácil.

 El riesgo, el miedo siempre a la vuelta de la esquina. 

Pero finalmente nada pasó y la película logró sobreponerse y ahora, existir. 


La película fue realizada con el apoyo de la Biennale College Cinema, un fondo de la Biennale Di Venezia, que es otorgado a tres proyectos de todo el mundo. 

Uno de ellos fue “Nuestros días más felices”. 

La película fue escrita, filmada, post producida y estrenada en menos de un año. 

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Luciana Zylberberg Prensa

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