Nos visito un mago con todas las letras. Daniel Garber, maestro de magia, creador de su laboratorio Garberland, productor de sus shows para diferentes edades y situaciones, es además su propio manager; un verdadero artista y trabajador incansable de su propia pasión.
En este sentido nos dejo un mensaje muy positivo y esperanzador pues el mismo nos dice que genera su propio trabajo, “cuando no tengo trabajo entonces trabajo más”.
El cuida sus mascotas, que son sus compañeras de actuación, les tiene un gran amor y se resiste a llamarlas animales ya que las siente compañías fuertes. De hecho nos cuenta que su paloma actuó en “Franciscus”, el musical que se presento en el teatro. El amor que ellas dan es insustituible, lo ha comprobado con su público, generan un vinculo vivo, real. Por eso, aun en estos tiempos en donde hay tantas resistencias por las demandas de ambientalistas, el resiste con sus mascotas desde el amor y el cuidado justo.
Le preguntamos en que momento sintió que la magia era su camino y allí remite al recuerdo de aquel regalo recibido a los 8 o 9 años: una caja de magia, que sería su primer experiencia de shows reuniendo a la familia como auditorio y sometiéndolos a participar sin renunciar.
Hoy su compañera, pareja en el escenario y en la vida, es quien lo asiste con placer. María Belluci es actriz y cantante, sus dotes histriónicas acompañan perfectamente todo lo que Garber propone.
La magia es un término tan amplio que necesitamos conocer el concepto que un mago maneja. En ese sentido, Mago Garber nos explica perfectamente lo que significa y la diferencia que tiene la magia de la ilusión con la magia del esoterismo.
La magia es el arte de crear la ilusión, esta imaginación que nos permite sentir que volamos, o atravesamos una muralla; la ilusión nos permite sentirlo y eso lo genera un mago, artista, ilusionista, un ser que sostiene su niño interior activo y va a despertar el niño de los otros sin mas pretensión que hacerlo feliz un instante.
Esta tarde comparte con nosotros una anécdota muy intima, en una ocasión va a actuar al Hospital Neuropsiquiatrico Borda de BA y allí se encuentra con un primo que no conocía, artista también, pero enfermo, internado en ese hospital, un secreto familiar que lo impacta, lo identifica con esa circunstancia humana tan común de negar lo doloroso, las enfermedades que condicionan a las personas a ser marginadas, dejadas fuera del esquema social convencional. Tal vez esa sensibilidad que Daniel Garber tiene lo llevaron a trabajar con frecuencia en esos lugares tan especiales.
Nos cuenta en otro tramo de la charla como le propone a un niño con capacidades diferentes ayudar a la paloma limpiándola, el chico en silla de ruedas, paralizado también puede ayudar a otro y Garber se lo propone así de fácil; esa es la magia del amor que pone de manifiesto allí y ayuda a que otro sepa que puede, que es útil, siempre hay algo que se puede dar.
Uno de los shows que propone para niños es una recreación de "Alladin", con Maria Belluci, en donde hay alfombras mágicas y se recrea la ilusión de “volar”. Es un espectáculo muy colorido y hermoso que atrae a los niños con gran expectativa.
Nos comentan como son los niños en los diferentes lugares, más alejados de las grandes ciudades; son niños más inocentes que en definitiva disfrutan mas el espectáculo, acá en BA los niños son adultos chicos, han perdido la capacidad de soñar en muchos casos.
“La magia es la satisfacción inmediata del deseo”
Esta definición que nos da el Mago Garber es muy exacta y nos pone en el contexto de las diferentes realidades sociales, culturales, de los niños; un chico que pide y tiene todo al instante es difícil de seducir a la espera del acto mágico, que implica compromiso, trabajo, espera, deseo.
“El mago es el guía al asombro”
Es el que te lleva al otro lado del Arco Iris, así nos explica Garber, que es por esta experiencia, un gran observador de la realidad.
La inocencia de los niños en ciudades como BA ha bajado el nivel de edades, los nenes de más de 4 años ya no tienen inocencia, saben todo y acceden a todo, a veces imperativamente.
La magia es un juego que invita a la ilusión, no es una mentira, por eso no le gusta la palabra truco.
El Mago sacrifica su propia ilusión para darle al otro la posibilidad de disfrutarla, pues el debe traspasar la barrera del secreto y hacerlo para que otros lo vivan con ilusión completa.
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